sábado, 12 de enero de 2019

DÍA ÁNGELO, NOCHE




DÍA ÁNGELO, NOCHE
 
© Reynaldo Disla

Ángelo, and-yelo, muerdo el llanto.

La muerte más muerte, peste del día.

¿Muerta la sonrisa Ángelo, la humildad Ángelo, muerta su voz?

Muerto yo, tan bien, y mis pasos desvelando, también, la noche Ángelo.

La palabra ¡muerte!, y recuerdos. Cuerdo de silencio, pienso Sí Len Cio.

La maldita carretera y muerte muerta-muerto pienso.

Nada, nada hago, la NADA me deja esta muerte capital. 

Voz Ángelo resuena solo pienso y solo soy —YO— pensamiento que trasnocha y hace su imagen…

¡Ángelo!

Que te veo, casi niño, peguntando choques y nubes del drama.  

¡Ángelo!

Que me pongo karaoke, Milanés y San Juan de la Maguana.

¡Ángelo!

Pincel universal de galipote (bacá —bacanas— sanjuaneras, me corrige).

¡Ángelo!

Páginas: letras   luces   laureles   alunizan.

¡Ángelo!

Cena con Rodolfo Santana Salas: Ángelo Valenzuela, Edgar (invita y paga), y yo.  

Ángelo “alegre, buena gente, servicial”.

Y esta muerte… que no deja noche, como si fuera yo el difunto del día.  Un difunto inquieto, volteándose de un lado y del otro de la cama.

¡Ángelo!

Un difunto, yo, que no descansa en paz.

 Santo Domingo, 6/enero/2019.